Pro Francisco

Papa:

Papa:

(José M. Vidal).-El Papa Francisco centra su catequesis
del miércoles en el pasaje de las bodas de Caná. Y de él extrae varias
consecuencias pastorales. La primera es que "en Caná, los discípulos se
convierten en la familia de Jesús". La segunda, las palabras de María
sobre Jesús: 'Haced lo que Él os diga'. Y la tercera, la alegría de las
bodas, en las que no puede faltar el vino, proque "los novios pasarían
vergüenza"


Lectura del pasaje del Evangelio de las bodas de Caná


Algunas frases de la catequesis del Papa


"Antes de comenzar la catequesis, quiero saludar a un grupo de
matrimonios que celebran su 50 aniversario. Ése es el vino bueno de la
familia. El vuestro es un testimonio que los esposos jóvenes y los
jóvenes tienen que aprender. Gracias por vuestro testimonio"


"Jesús con sus discípulos: Los unió en una comunidad y, como una única familia, son invitados a las bodas"


"Jesús se manifiesta como el esposo del pueblo de Dios, anunciado por los profetas"


"La vida cristiana es la respuesta a este amor. Es como la
historia de dos enamorados, como el amado y la amada en el Cantar de lso
cantares"


"La Iglesia es la familia de Jesús, sobre la que vierte su amor. Es este amor el que la Iglesia custodia y quiere donar a todos"


"No tienen vino. ¿Cómo es posible hacer fiesta si falta lo que los
profetas indicaban como un elemento típico del banquete mesiánico"


"El vino expresa la abundancia del banquete y la alegría de la fiesta"


"En una fiesta de bodas, si falta el vino, los esposos pasan
vergüenza. Sería una vergüenza terminar la boda bebiendo té. El vino es
necesario para la fiesta"


"¡Haced lo que Él os diga! Son las últimas palabras de María
reportadas por el Evangelio. Es la herencia que nos entrega a tdos
nosotros"


"La Virgen nos dice: "Haced lo que Él os diga'. Es su herencia. Su bella herencia"


"Servir al Señor significa escuchar y poner en práctica su Palabra"


"Es el programa de vida del cristiano"


"El Señor continúa reservando el vino bueno para nuestra salvación"


"Las bodas de Caná son más que la narración del primer milagro de Jesús"


"En Caná, los discípulos de Jesús se convierten en su familia"


"En Caná nace la fe de la Iglesia"


"Todos estamos invitados a esa boda, donde el vino nuevo nunca falta"




Texto íntegro del saludo del Papa en español


Queridos hermanos y hermanas:
En las bodas de Caná, Jesús
comienza sus signos, revelando el amor del Padre y la profundidad de su
relación con los hombres. Se manifiesta como esposo del Pueblo de Dios, y
nos une a él con una nueva alianza de amor, que nosotros, su familia,
tenemos que custodiar y extender a todos.


En este contexto de la alianza, es importante la observación que
María hace a Jesús de que falta el vino, este es un elemento típico del
banquete mesiánico y simboliza la abundancia del banquete y la alegría
de la fiesta. Por eso Jesús, al convertir el agua de las purificaciones
rituales en vino nuevo, realiza un gesto elocuente: transforma la ley de
Moisés en Evangelio portador de alegría.


Por otra parte, las palabras de María: "hagan todo lo que él les
diga", confían una nueva misión a la Iglesia, y configuran el programa
de vida cristiano, que se concreta en servir al Señor, escuchando su
Palabra y poniéndola en práctica, acercándose siempre a tomar de esta
fuente el vino bueno de la salvación, que nunca deja de brotar del
costado traspasado de Cristo.
***
Saludo cordialmente a los
peregrinos de lengua española, en particular a los grupos provenientes
de España y Latinoamérica. Que recibiendo del corazón de Jesús la gracia
que nos salva, hagamos de nuestra vida cristiana una continua respuesta
de amor a Dios, nutriéndonos de su palabra de vida y compartiendo con
todos el vino nuevo de la nueva alianza. Muchas gracias.




Texto completo de la catequesis del Papa Francisco


Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!


Antes de comenzar la catequesis, quisiera saludar a un grupo de
parejas - así al final - que celebran cincuenta años de matrimonio.
¡Aquello sí que es el vino bueno de la familia! La suya es un testimonio
que los nuevos esposos - que saludare después - y los jóvenes deben
aprender. Es un bello testimonio. Gracias por su testimonio. Después de
haber comentado algunas parábolas de la misericordia, hoy nos detenemos
en uno de los primeros milagros de Jesús, que el evangelista Juan llama
"signos", porque Jesús no los hizo para suscitar maravilla, sino para
revelar el amor del Padre. El primero de estos signos prodigiosos es
narrado justamente por Juan (2,1-11) y se cumplió en Caná de Galilea. Se
trata de una especie de "puerta de ingreso", en el cual se han
esculpido palabras y expresiones que iluminan el entero misterio de
Cristo y abren el corazón de los discípulos a la fe. Veamos algunos.


En la introducción encontramos la expresión «Jesús también fue
invitado con sus discípulos» (v. 2). A aquellos que Jesús ha llamado a
seguirlo, los ha ligado a sí en una comunidad y ahora, como una única
familia, son invitados todos a la boda. Dando inicio a su ministerio
público en las bodas de Caná, Jesús se manifiesta como el esposo del
pueblo de Dios, anunciado por los profetas, y nos revela la profundidad
de la relación que nos une a Él: es una nueva Alianza de amor. ¿Qué cosa
hay en el fundamento de nuestra fe? Un acto de misericordia con el cual
Jesús nos ha ligado a sí. Y la vida cristiana es la respuesta a este
amor, es como la historia de dos enamorados. Dios y el hombre se
encuentran, se buscan, se hallan, se celebran y se aman: exactamente
como el amado y la amada del Cantar de los Cantares. Todo lo demás viene
como consecuencia de esta relación. La Iglesia es la familia de Jesús
en el cual se vierte su amor; es este amor que la Iglesia cuida y quiere
donar a todos.


En el contexto de la Alianza se comprende también la observación
de la Virgen: «No tienen vino» (v. 3). ¿Cómo es posible celebrar la boda
y hacer fiesta si falta aquello que los profetas indicaban como un
elemento típico del banquete mesiánico (Cfr. Am 9,13-14; Jo 2,24; Is
25,6)? El agua es necesaria para vivir, pero el vino expresa la
abundancia del banquete y la alegría de la fiesta. Es una fiesta de
bodas en la cual falta el vino; los nuevos esposos pasan vergüenza,
sienten vergüenza y se avergüenzan de esto. Pero imaginen terminar una
fiesta de bodas bebiendo te; sería una vergüenza. El vino es necesario
para la fiesta. Transformando en vino el agua de las tinajas destinadas
«a los ritos de purificación de los Judíos» (v. 6), Jesús realiza un
signo elocuente: transforma la Ley de Moisés en Evangelio, portador de
alegría. Como dice en otro pasaje el mismo Juan: «La Ley fue dada por
medio de Moisés, pero la gracia y la verdad nos han llegado por
Jesucristo» (1,17).


Las palabras que María dirige a los sirvientes coronan el cuadro
nupcial de Caná: «Hagan todo lo que él les diga» (v. 5). Es curioso: son
sus últimas palabras reportadas en los Evangelio: son la herencia que
nos entrega a todos nosotros. También hoy la Virgen nos dice a todos
nosotros: «Hagan todo lo que él les diga». Es la herencia que nos ha
dejado: ¡es bello! Se trata de una expresión que evoca la fórmula de fe
utilizada por el pueblo de Israel en el Sinaí como respuesta a las
promesas de la alianza: «Estamos decididos a poner en práctica todo lo
que ha dicho el Señor» (Ex 19,8). Y en efecto en Caná los sirvientes
obedecen. «Jesús dijo a los sirvientes: Llenen de agua estas tinajas. Y
las llenaron hasta el borde. Saquen ahora, agregó Jesús, y lleven al
encargado del banquete. Así lo hicieron» (vv. 7-8). En estas bodas, de
verdad viene estipulada una Nueva Alianza y a los servidores del Señor,
es decir a toda la Iglesia, le es confiada la nueva misión: «Hagan todo
lo que él les diga». Servir al Señor significa escuchar y poner en
práctica su Palabra. Es la recomendación simple pero esencial de la
Madre de Jesús y es el programa de vida del cristiano. Para cada uno de
nosotros, sacar de las tinajas equivale a confiar en la Palabra de Dios
para experimentar su eficacia en la vida. Entonces, junto al encargado
del banquete que ha probado el agua convertida en vino, también nosotros
podemos exclamar: «Tú, en cambio, has guardado el buen vino hasta este
momento» (v. 10). Si, el Señor continúa reservando aquel vino bueno para
nuestra salvación, así como continua a brotar del costado atravesado
del Señor.


La conclusión de la narración suena como una sentencia: «Este fue
el primero de los signos de Jesús, y lo hizo en Caná de Galilea. Así
manifestó su gloria, y sus discípulos creyeron en él» (v. 11). Las bodas
de Caná son mucho más que una simple narración del primer milagro de
Jesús. Como en un cofre, Él cuida el secreto de su persona y el fin de
su venida: el esperado Esposo da inicio a las bodas que se cumplen en el
Misterio pascual. En estas bodas Jesús liga a sí a sus discípulos con
una alianza nueva y definitiva. En Caná los discípulos de Jesús se
convierten en su familia y en Caná nace la fe de la Iglesia. ¡A estas
bodas todos nosotros estamos invitados, porque el vino nuevo no faltará
más! Gracias.




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